En este apartado intentaré explicar de manera general y muy sencilla los tipos de luz que hay y su dirección.


Hay que prestar mucha atención a la dirección de la luz, es muy importante.


Luz frontal:

Es cuando el motivo u objeto fotografiado recibe la luz frontalmente, o lo que es lo mismo, es cuando la fuente de luz se encuentra detrás nuestro o de la cámara. Este tipo de luz suele ofrecer una iluminación homegénea (sobre todo si el día está nublado), y es el tipo de luz que se lleva mejor con el fotómetro de nuestra cámara.
Cuando la luz es frontal pero el día está nublado, se considera una luz segura, ya que ilumina de manera uniforme a la mayoría de objetos, sin considerar objetos a un paisaje bajo un cielo gris. Al ser una luz equilibrada el fotómetro de la cámara no tendrá tampoco demasiados problemas para obtener una correcta exposición.


Luz lateral:


Es cuando la fuente de luz está a un lado, a unos 90º. A diferencia de la luz frontal, que otorga un aspecto más bien bidimensional, la luz lateral ofrece una ilusión o efecto de tridimensionalidad. Simplemente al proyectarse luces y sombras se crea este efecto. Pero es más complicada de controlar tanto para el fotógrafo como para la cámara. Es una luz que ofrece más posibilidades creativas, aunque también requiere exposiciones más exigentes debido a la combinación de luces y sombras.



Contraluz:



Es cuando la fuente de luz está detrás del motivo o sujeto a fotografiar, o lo que es lo mismo, cuando la fuente de luz está delante nuestro o de la cámara. Es un tipo de luz que ofrece imágenes espectaculares, pero también no es fácil de controlar y puede ofrecer imágenes decepcionantes.
Uno de los efectos más representativos del contraluz es el de convertir el motivo en una silueta. Normalmente estas fotografías cuando no se está en el mundo de la fotografía suelen salir por casualidad, pero cuando se conocen sus efectos creativos se buscan intencionadamente.